Con servicios de alabanza a Dios, en todos los templos de La Luz del Mundo en los cinco continentes, se recuerda este 6 de abril el llamamiento del hermano Aarón Joaquín González al Apostolado, un acontecimiento que tuvo lugar en la ciudad de Monterrey, el martes 6 de abril de 1926.
A lo largo de su vida, el Apóstol Aarón Joaquín inculcó en los creyentes valores y principios que les permitieron ser mejores en sociedad y en familia. Los que aceptaron su mensaje se convirtieron pronto en mejores padres, hijos, esposos, ciudadanos, profesionales…
La palabra que predicó en un lapso de 38 años logró formar personas productivas en sociedad, trabajadoras y honestas, contribuyendo con sus principios y valores a mejorar su entorno familiar y social.
Lo más significativo de su labor es que su mensaje espiritual estableció en los corazones de miles de seres humanos una fe viva, que ha ayudado a las personas a superar diversos vicios y prácticas que perjudican espiritual y físicamente al hombre.
La doctrina de Jesucristo anunciada por el Apóstol Aarón Joaquín permitió que quienes aceptaron su palabra tuvieran una esperanza que tiene como objetivo la felicidad eterna, y que impulsa a los hombres a buscar mediante una vida de amor, honestidad y justicia lo que perdura para siempre. Hoy, a 98 años de este memorable suceso, los fieles de La Luz del Mundo manifiestan públicamente su voluntad de seguir practicando la enseñanza revelada por Dios a los tres apóstoles de la restauración.